
Ojo seco evaporativo: diferencias con el ojo seco acuoso y cómo reconocerlo
La sequedad ocular es una condición sorprendentemente común, que afecta a casi la mitad de la población mundial, según estudios regionalespublicados1. Existen dos tipos principales: el ojo seco evaporativo y el acuoso que, aunque tienen algunas diferencias, comparten varios síntomas en común. En este artículo, exploraremos ambos tipos, centrándonos en las diferencias clave que los distinguen. También repasaremos la valoración del oftamólogo y abordaremos las distintas formas de tratar esta afección, desde los tratamientos modernos hasta cambios inteligentes en el estilo de vida.

Ojo seco evaporativo vs. ojo seco acuoso: síntomas similares, causas distintas
Para comprender el síndrome del ojo seco, ya sea evaporativo o acuoso, es fundamental centrarse en la composición de nuestras lágrimas. Aunque están formadas principalmente por agua, las lágrimas contienen una compleja mezcla de proteínas, electrolitos y lípidos 2. Más allá de ser una simple expresión de emociones, las lágrimas desempeñan funciones vitales para la salud ocular, como lubricar, eliminar residuos, proteger contra infecciones microbianas, favorecer la cicatrización y suprimir la inflamación3.
Cuando la producción de lágrimas se desequilibra, pueden surgir disfunciones y afecciones como el ojo seco.
Antes de abordar los signos comunes y las diferencias entre el ojo seco evaporativo y el acuoso, es importante señalar que, si esto fuera una apuesta, el “evaporativo” sería la opción más frecuente: representa la gran mayoría de los casos, mientras que las deficiencias acuosas constituyen sólo un 13,36% del total4.
Estos son los síntomas más comunes que comparten ambas afecciones:
- Sequedad, picor o escozor de ojos.
- Sensación dolorosa de escozor o quemazón en los ojos.
- Enrojecimiento de los ojos o párpados hinchados.
- Fatiga y dolor ocular, especialmente al enfocar.
- Periodos temporales de visión borrosa.
- Sumento de la sensibilidad a la luz (fotofobia).
¿Cómo diferenciarlos entonces?
Con el síndrome del ojo seco evaporativo, también podemos experimentar paradójicamente ojos llorosos ya que las glándulas lagrimales producen lágrimas en exceso en respuesta a la rápida desecación. Esto puede, a su vez, generar acumulación de costras oculares.
Por otro lado, el síndrome del ojo seco acuoso puede presentar algunos síntomas únicos, como la ausencia de lágrimas al llorar, sequedad en otras áreas (como boca o piel), e incluso dolor articular o fatiga general. Estos signos sutiles, pero específicos, reflejan las distintas causas subyacentes de ambos tipos de ojo seco, que se pueden resumir así:
- Ojo seco evaporativo: la causa más frecuente es la disfunción de las glándulas de Meibomio (las glándulas sebáceas situadas a lo largo de los párpados, donde nacen las pestañas). Aunque los ojos producen suficiente cantidad de lágrimas, la obstrucción o reducción en la secreción hace que la capa oleosa de la película lagrimal sea insuficiente, lo que provoca una evaporación demasiado rápida de las lágrimas5.
- Ojo seco acuoso: este tipo de sequedad ocular ocurre cuando las glándulas lagrimales no producen suficiente líquido para mantener los ojos bien lubricados. Las causas más comunes incluyen afecciones autoinmunes, como el síndrome de Sjögren, el lupus y la artritis reumatoide6, así como otros factores que pueden provocar inflamación y obstrucciones, los cuales exploraremos en la siguiente sección

Valoración por el oftalmólogo y factores desencadenantes del ojo seco
Aunque los síntomas del ojo seco suelen ser leves, distinguir entre estas dos afecciones con precisión puede ser complicado. Una breve consulta con un oftalmólogo es necesaria para obtener un diagnóstico certero, información valiosa y tranquilidad.
Existen varias pruebas rápidas y sencillas que pueden realizarse durante el examen para determinar si el tipo menos común, el ojo seco acuoso, es la causa del problema. Algunas de las pruebas más comunes incluyen:
- Un examen detallado de los párpados y de la superficie ocular, a menudo con colirios especiales que permiten observar de cerca el índice de lubricación y detectar posibles daños en el ojo.
- Pruebas para evaluar los patrones de parpadeo, ya que las personas con síndrome de ojo seco acuoso suelen parpadear menos de una vez cada 30 segundos.
- Análisis de pequeñas muestras de lágrimas para detectar niveles elevados de inflamación o presencia de sangre7.
A partir de este punto, el médico debería poder determinar el tipo de ojo seco, su gravedad y cualquier afección subyacente relevante para nuestro caso específico, permitiendo iniciar el tratamiento más adecuado. También puede informarnos sobre la variedad de factores que pueden desencadenar o agravar el síndrome del ojo seco, entre los cuales se incluyen:
- Envejecimiento: se ha descubierto que es uno de los mayores factores de riesgo, ya que las personas mayores corren hasta un 75% más de riesgo que los jóvenes8.
- Ser mujer: los estudios han demostrado que las mujeres son afectadas en mayor medida por el síndrome del ojo seco, posiblemente debido a los cambios hormonales (como los que ocurren durante el embarazo o la menopausia), que son un desencadenante conocido9.
- Los factores relacionados con el estilo de vida, el uso de lentes de contacto10, elecciones dietéticas y deficiencias nutricionales11, el efecto posterior de la cirugía ocular con láser12 13, se han vinculado con el síndrome del ojo seco.
- Se ha demostrado que la exposición ambiental al calor, viento, sequedad, humedad o humo aumenta el riesgo de sufrir brotes de ojo seco14.
- Ciertos medicamentos, como antidepresivos, descongestionantes, antihistamínicos y sedantes, entre otros, así como la terapia hormonal sustitutiva 15 pueden tener como posible efecto secundario desencadenar un síndrome del ojo seco.15

Opciones de tratamiento del ojo seco evaporativo y acuoso
Existen muchas opciones de tratamiento disponibles, y en casos más graves, nuestro oftalmólogo puede recomendar tratamientos farmacológicos, como gotas específicas para los ojos o el uso de ciertos geles o cremas, como corticosteroides tópicos. Sin embargo, en la mayoría de los casos, dado que los síntomas pueden parecer leves al principio, hay varios cambios de bajo costo en el estilo de vida e higiene que se pueden recomendar para calmar la afección y aliviar los síntomas. Estos pueden incluir:
- Uso de compresas calientes: aplicar compresas tibias en los ojos hasta cuatro veces al día durante 15 minutos16, junto con una limpieza suave y cuidadosa, puede ser una forma efectiva de reducir la inflamación, la hinchazón y otros síntomas molestos.
- Mejorar nuestros patrones de sueño: hay evidencia que sugiere una conexión entre los trastornos del sueño y un mayor riesgo de desarrollar síndrome del ojo seco17.
- Mejorar nuestra dieta, hidratación y nutrición: hábitos alimenticios inadecuados y deshidratación, junto con deficiencias nutricionales como la falta de proteínas, fibra, ácidos grasos omega-3, vitaminas y minerales esenciales se han asociado con una mayor incidencia de síntomas de ojo seco18.
- Proteger con gafas los ojos de desencadenantes ambientales como el frío y el viento: es importante evitar factores externos que pueden agravar la sequedad ocular y mejorar las condiciones internas para estabilizar los niveles de lubricación de los ojos.
- Utilizar extractos naturales e ingredientes como el Ginkgo biloba19 , el arándano natural (vaccinium myrtillus)l20 , y la centella asiática (centella asiática)21 que han sido reconocidos por estudios científicos como beneficiosos para la salud ocular, ayudando a proteger contra la degeneración visual y el síndrome del ojo seco.
- Limitar el tiempo frente a pantallas: reducir el tiempo que pasamos usando teléfonos inteligentes o computadoras portátiles siempre que sea posible. También es importante hacer un esfuerzo consciente para parpadear más a menudo, ya que un parpadeo lento puede resecar nuestros ojos22 . Recuerda la regla 20-20-20: cada 20 minutos de visualización continua de una pantalla, desvíe la mirada hacia un objeto a unos 6 metros de distancia durante 20 segundos23 .
En caso de duda o si los síntomas persisten o empeoran, y el dolor afecta nuestra concentración y calidad de vida, lo más recomendable es consultar a un oftalmólogo.
Esta información en ningún momento sustituye el diagnóstico del médico o el consejo del farmacéutico.
1. Wróbel-Dudzińska, D., Osial, N., Stępień, P. W., et al. (2023). Prevalence of Dry Eye Symptoms and Associated Risk Factors among University Students in Poland. International Journal of Environmental Research and Public Health, 20(2), 1313. https://doi.org/10.3390/ijerph20021313
2. Leonardi, A. (2013). Allergy and allergic mediators in tears. Experimental Eye Research, 117, 106–117. https://doi.org/10.1016/j.exer.2013.07.019
3. Pflugfelder, S. C., & Stern, M. E. (2020). Biological functions of tear film. Experimental Eye Research, 197, 108115. https://doi.org/10.1016/j.exer.2020.108115
4. Rege, A., Kulkarni, V., Puthran, N., et al. (2013). A clinical study of subtype-based prevalence of dry eye. JOURNAL OF CLINICAL AND DIAGNOSTIC RESEARCH. https://doi.org/10.7860/jcdr/2013/6089.3472
5. Sheppard, J. D., & Nichols, K. K. (2023). Dry Eye Disease Associated with Meibomian Gland Dysfunction: Focus on Tear Film Characteristics and the Therapeutic Landscape. Ophthalmology and Therapy, 12(3), 1397–1418. https://doi.org/10.1007/s40123-023-00669-1
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26. A quote from Songs of Leonard Cohen, Herewith. (n.d.). https://www.goodreads.com/quotes/161302-it-s-time-that-we-began-to-laugh-and-cry-and Recuperado en oct. 2024.
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